Proyecto pedagógico
El adulto debe adaptarse al niño y no al revés. Debemos observar las iniciativas del niño para explorar su mundo, sin anticiparnos a sus deseos ni interpretar todo lo que le rodea. No se trata de una educación anti-autoritaria, sino respetuosa con las estructuras mentales y emocionales propias de cada niño. Al experimentar este respeto hacia sí mismo, aprenderá a respetarse a sí mismo y a los demás.
Rebecca Wild
Educar para ser. Vivencias de una escuela activa
La mirada hacia el niño
Acompañamos el desarrollo individual de cada niño, considerándolo un ser único, a través del juego como la mejor herramienta para el descubrimiento, el aprendizaje y la construcción de su identidad.
En «La Ginesta», proporcionamos al niño un entorno donde pueda desarrollar la confianza necesaria para seguir aprendiendo durante el resto de su vida, porque sentirá que aprender es divertido.
El tiempo de aprendizaje es único en cada niño. Cuando respetamos sus tiempos, encontramos a un niño que no se apresura, que se concede el tiempo necesario para mirar, tocar, escuchar… o simplemente ser.
El hecho de que los niños compartan la misma edad no significa que se encuentren en la misma etapa de desarrollo. Es por eso que consideramos de forma única a cada niño, respetando sus tiempos y su etapa madurativa. Ninguna de las actividades que realizamos tiene un enfoque basado en la edad.
Los espacios y materiales
Ponemos al alcance de los niños y niñas de «La Ginesta» un entorno física y emocionalmente seguro que favorece su desarrollo integral. Un espacio donde se respetan necesidades tan importantes como el movimiento, la exploración, la seguridad, el afecto, la curiosidad… Es en estas condiciones donde surge el juego de calidad.
Entendemos el juego como un estado anímico donde el niño vive la realidad y la hace suya, y donde se producen los verdaderos aprendizajes emocionales, cognitivos y psicomotores.
Uno de los pilares fundamentales de nuestro proyecto es el respeto hacia la naturaleza y nuestro entorno. Disfrutamos tanto como podemos de nuestros espacios exteriores, realizamos pequeñas excursiones por los caminos cercanos y procuramos que los materiales que utilizamos sean lo más naturales posible.
La autogestión
En «La Ginesta» apostamos por potenciar la autogestión de cada niño y que este pueda ser, expresarse, compartir y crecer tanto de manera individual como de manera grupal dentro de un entorno donde se valore la naturaleza y el respeto.
Permitimos y favorecemos la autonomía del niño, para que se desarrolle de forma competente y pueda desplegar su potencial.
Como adultos no intervenimos en sus acciones y decisiones, para «dejarlo ser», poniendo así en práctica su autonomía y autogestión.
Este hecho adquiere aún más potencia cuando los niños comparten espacio y materiales con otros iguales y da lugar a situaciones que son verdaderas oportunidades de crecimiento y aprendizaje.
El papel de los acompañantes
Una de las características distintivas de nuestro proyecto es el papel del adulto en «La Ginesta». El rol del acompañante consiste en estar presente, en el aquí y en el ahora, y supervisar el desarrollo del día y las actividades.
Acompañamos las emociones de los niños ayudándolos a identificarlas, regularlas y ponerles nombre, proporcionando afecto y seguridad, sin emitir ningún juicio de valor sobre ellas.
En este acompañamiento, el adulto toma conciencia de sus propias emociones y valida el sentimiento del niño sin verse contaminado por el suyo propio. De esta manera, el niño nos encuentra como un espejo claro en el que ver y entender lo que le sucede y facilitamos así un tránsito hacia la comprensión y la resolución de los conflictos. Explicamos los límites, las causas de los problemas, haciéndolo comprensible, para facilitar su comprensión y asegurarnos de su cumplimiento en el día a día de la convivencia.
Observamos en silencio y sin intervenir, excepto en el caso de que sea estrictamente necesario.
Ratios reducidas
Para poder llevar a cabo un proyecto con estas características, es imprescindible trabajar con ratios reducidas. La ratio con la que trabajamos es de 7 niños por adulto. Esto nos permite prestar una atención plena en los espacios de los que disponemos.
Horarios
En el espacio de educación y crianza de La Ginesta, abrimos las puertas de lunes a viernes de 9:00 a 14:00h, con la posibilidad de acogida de 8:00 a 9:00h y de 14:00 a 15:00h.